Es cierto que las entidades financieras están concediendo más crédito para la compra de vivienda. Sin embargo, también viene siendo habitual, que en los casos en los que va justa la operación financiera, por aportación insuficiente, o imposibilidad de asumir todos los gastos de la compraventa, la entidad, solicite un refuerzo para poder conceder la hipoteca. En este supuesto, lo mejor es presentar a un avalista.
El avalista responde a la deuda de los titulares de la hipoteca, con todos sus bienes presentes y futuros.
Si este es tu caso, te interesa saber lo siguiente:
Antes de dar el visto bueno a reforzar la operación, infórmate bien del compromiso que asumes. Ten presente, que la duración de un préstamo hipotecario puede alcanzar hasta los 30 años, y durante este tiempo, pueden surgir circunstancias que te afecten como avalista. Revisa la documentación y si es necesario negocia con el banco.
Procura que tu responsabilidad como avalista, sea limitada en un porcentaje determinado con respecto a la cantidad que presta el banco. Es decir, que respondas sólo de la cantidad que le falta a los titulares para que la operación sea viable.
Te pongo un ejemplo: Imagina que a la persona que está comprando la vivienda, le faltan 30.000 € para completar la compra. Pues bien, tu avalas la operación solo por ese importe, hasta que esa persona haya amortizado los 30.000 €, por lo que, quedarás liberado como avalista, del resto del capital que el banco le ha prestado.
Otra opción es firmar como “hipotecante no deudor”, que significa que el avalista pone al frente un solo inmueble o bien como garantía, y por lo tanto, no responde con el resto de su patrimonio presente o futuro ante un posible impago del titular.
Ojo con las condiciones abusivas
Si te piden que renuncies a los privilegios de EXCUSIÓN, ORDEN y DIVISIÓN, no lo hagas. Te explico lo que significa cada uno:
- Excusión: Se va primero contra el patrimonio de los titulares.
- Orden: Permite reclamar a los avalistas una vez se haya reclamado a los titulares del préstamo.
- División: Permite que cuando existen varios avalistas, la deuda se reparta proporcionalmente.
Si renuncias a estos privilegios, se puede considerar que el aval es abusivo, y por lo tanto, te reclamarían a ti, independientemente de lo que hagan con los titulares.
Por otro lado, podrías cancelar el aval en los tribunales, si el valor de tasación del inmueble que se hipoteca, es igual o superior al importe del préstamo. En este caso, el banco podría recuperar el dinero prestado, tras la subasta o venta del inmueble, sin necesidad de avalistas. Pero si eres avalista en este supuesto, el banco también podría ir a por tus bienes.
De cualquier forma, antes de prestar tu consentimiento a ser avalista, infórmate correctamente de todas estas cuestiones.