En mi trayectoria profesional, me he encontrado con esta situación en algunas ocasiones. Hermanos que, por distintas circunstancias, no están de acuerdo con la venta del inmueble heredado, bien porque no se ponen de acuerdo en el precio, o porque las necesidades económicas son distintas. En cualquier caso, si no existe el acuerdo de todos los copropietarios, la vivienda no se puede vender.
Ante esta situación, lo primero que recomendamos al heredero que desea vender, es que venda su parte a otro copropietario, o que la venda a otro comprador externo, aunque esta segunda opción es más difícil.
Si al final no existe acuerdo unánime de todos los herederos para realizar la venta, existe la opción de realizar una “partición judicial” de la herencia y subasta pública. Para ello se celebrará un juicio que terminará decretando la venta del inmueble en una subasta pública y posterior reparto del precio entre las partes.
Posible solución
Esta solución quizás no sea la más acertada, porque vender la vivienda en subasta, siempre se conseguirá un precio mucho, más bajo al del mercado, por lo que se perderá valor el patrimonio, independientemente de asumir los gastos judiciales, por lo que, lo más acertado es vender la vivienda a precio de mercado.