La constante fluctuación del mercado hace que cada vez sea más difícil saber cuanto vale una vivienda. En este post quiero que comprendas que esa duda que asalta tu cabeza, es la misma que tienen todos los vendedores actuales.
Pero antes de continuar, te quiero plantear una pregunta:
¿Por qué el vendedor de una vivienda siempre piensa en un precio más elevado que el comprador?
Los vendedores de vivienda suelen construir el precio de su casa, pensando en los sentimientos que tienen hacia ella. El cariño que le tienen, y el esfuerzo que les ha costado que sea suya.
Esos sentimientos no tienen valor para el comprador, por eso, para fijar el precio, te debes poner en la situación del comprador, porque él, no tendrá en cuenta esas emociones. Como dice Sergi Verge compañero de profesión…, “lo que se vende son las paredes, porque las emociones, los recuerdos y las historias de una casa y de su familia no están en venta. Se las llevarán ellos en su corazón.” Por otro lado, los vendedores prestan más atención a lo que pueden perder que a lo que pueden ganar. Por eso, antes de poner precio a su casa, piensan más en lo que perderán, que en lo que podrán hacer con el dinero de la venta. Nuestro miedo a la pérdida es una emoción fuerte, que a veces nos hace tomar malas decisiones.
Estoy de acuerdo con Sergi cuando dice, que le llama la atención a menudo, que cuando se encuentra en la notaría con el vendedor y el comprador, ve en la cara del vendedor un gesto de tristeza, mientras que los compradores están felices. Y siempre se pregunta, como puede ser. Si el vendedor saldrá con un cheque y el comprador con una hipoteca. Es la aversión a la pérdida.
Otra circunstancia que rodea a los vendedores, es que “suponen” que los compradores verán la compraventa desde la misma perspectiva que ellos. Esperan que el comprador de su casa, comparta y valore sus sentimientos, emociones, y recuerdos. Pero lo más seguro, es que el comprador esté pensando en los gastos que tendrá por la compra, o cuanto le constará la reforma.