Muchos son los propietarios que tras la marcha del inquilino, comprueban que el piso está sucio. ¿Cómo se debe actuar en estos casos? El inquilino debe responder de todos los desperfectos que sean producidos por un mal uso o negligencia, por lo tanto, en cuanto a la limpieza se tendrán en cuenta los siguientes criterios:
- Si la vivienda tiene simplemente polvo, el casero no podrá reclamar una limpieza general, ya que, eso forma parte del repaso o preparación que se le suele dar, cuando se marcha un inquilino y antes de entrar otro.
- Pero “ojo” sí se puede reclamar al inquilino, el coste de la limpieza, si está muy sucia. Por ejemplo, en la cocina hay un exceso de grasa acumulada por falta de limpieza regular, o los electrodomésticos tienen restos de comida, o cualquier otra suciedad que se deba a una falta de limpieza regular.
En cuanto al a pintura, se aplican las mismas reglas. No se puede exigir que el inquilino deje la vivienda pintada, pero sí, reclamarle que mejore el estado de la pintura, si por dejadez o descuido, no está bien, como, por ejemplo, pintura de rotulador o bolígrafo, manchas de grasa, suciedad por la tenencia de animales de compañía, etc. Por lo tanto, para defenderse ante estas situaciones, es importante que se incorpore al contrato de alquiler, fotografías que indiquen que el piso se entrega en buen estado de limpieza y pintura y detalla en el contrato que el inquilino deberá devolverlo en el mismo estado.
Cuando el inquilino entregue las llaves:
- Haz fotos de la vivienda para demostrar el estado en la que la ha dejado, y si ves que los daños son importantes, pásate por un notario y que levante acta del estado en que se encuentra la vivienda.
Pide un presupuesto detallado de lo que costaría arreglar todos daños.