Actualmente, debido al miedo a una tendencia alcista de los tipos de interés, la contratación de hipotecas a tipo de interés fijo está superando a las de tipo variable. No obstante, como cualquier producto financiero, debemos conocer sus características.
A continuación, te explicamos los cinco aspectos que tendrás que tener en cuenta antes contratar esta clase de préstamo:
1. ¿Qué tipo de interés te aplicarán y por cuánto tiempo?
Ojo con los anuncios que te ofrecen un tipo de interés bajo (1,5%). Tienes que valorar bien la propuesta, porque suele ocurrir, que el plazo de amortización máximo que te aplicarán ese bajo interés, en algunos casos no supera los 10 años, por lo que, la cuota mensual que resulte puede ser alta y quizás se encuentre por encima de tus posibilidades, si deseas amortizar la hipoteca en ese tiempo. Y si la vida de la hipoteca es superior a los 10 años, a partir de ahí, te aplicarán un tipo de interés variable.
2. Plazo
Las hipotecas a tipo fijo, no suelen superar los 25 años. Puede ocurrir que en estos supuestos el tipo de interés que te apliquen ya no sea tan atractivo, y pueda subir hasta un 3%. Por otro lado, en estos casos el banco suele pedir más vinculación.
3. Vinculación
En las hipotecas variables, cuanto más producto se contrate (seguro de hogar, vida, ahorro, etc.) más te baja el tipo de interés a aplicar. En las hipotecas a tipo fijo, dado que el interés siempre es el mismo, la contraprestación de estos extras es nula. Aunque te pueden exigir la contratación de algunos productos y que abones varias anualidades por anticipado.
4. Comisión de riesgo por tipo de interés
¡Ojo! Esta comisión se aplica a las hipotecas a tipo fijo. Y es una comisión que deberás pagar al banco, en caso de que decidas, cancelar totalmente la hipoteca, en una sola cuota, o exista una subrogación que genere una pérdida de ingresos al banco, por haber liquidado la hipoteca antes de los pactado. De esta comisión te debe informar el banco y puedes intentar negociarla.
5. Porcentaje financiado
La hipoteca a interés fijo, estaba enfocada antes al cliente solvente y con cierta cantidad de aportación. Se llegaba a financiar como máximo el 60% del importe de compra. Hoy podemos encontrar entidades que lleguen a financiar incluso hasta 100%, si bien es cierto, que si se alcanzas porcentajes altos de financiación, se pueden convertir en hipotecas a tipo variable o mixto.